En medio de una parrilla en la
que un grupo de amigos celebraban un cumpleaños. Abelardo le dice a Benjamín,
su corredor de seguros, que ha decidido no tener más hijos por lo que quiere
hacer cambios en la póliza familiar.
Gabriel le propone pasar por su oficina el para definir los cambios a
hacer. El día de la reunión, Abelardo insiste en su posición y, cumpliendo con
la solicitud de su corredor, le entrega una solicitud por escrito para eliminar
la opción de maternidad de la póliza familiar.
Pasan varios meses y Abelardo
llama a Gabriel para darle la buena noticia de que su esposa está embarazada y,
de paso, preguntarle cómo funcionaría la póliza.
Siempre se ha dicho que el
cliente tiene la razón. En esta historia, el cliente solamente pensó en el
costo de la prima sin considerar que su esposa quería tener un tercer hijo.
Prestó odios sordos a los argumentos del especialista en seguros por lo que
este le solicitó que dejara sentado por escrito su decisión para usarla como
recordatorio en caso de que fuera necesario refrescarle la memoria.
En el momento de elegir una
póliza de salud para la protección de todos los miembros de la familia es
necesario considerar todas las posibilidades antes de hacer la selección. Cuando
el jefe del hogar está errado en sus consideraciones, el corredor de seguros
está en la obligación de exponer, con argumentos sólidos, cuál sería la mejor
solución y luego dejarlo que, con toda la información, tome su decisión.
Si, ocurre, el cliente no siempre
tiene la razón. Es por ello que la orientación, la presentación de excelentes
alternativas, la respuesta a sus preguntas, puede ayudarlo a seleccionar la
mejor protección para su familia. Esa que le dará tranquilidad de que en caso
de accidente, enfermedad o maternidad, recibirá la atención médica apropiada.