Andreina, con frecuencia, comparte con sus amigas lo que piensa del
dinero. Para ella, se trata de una energía positiva que aprecia. Afirma merecer
la prosperidad que hay en su vida porque se prepara constantemente para dar un
excelente servicio en su negocio y participa en actividades de apoyo a la
comunidad. Magdalena se escandaliza con sus palabras porque considera que no se
debe hablar de dinero en público, casi que lo considera un tema tabú.
Las personas actúan según sus creencias que son los sentimientos de
certeza sobre hechos de la vida que se forman de manera inconsciente en nuestra
mente desde que somos niños, principalmente por las enseñanzas que nos dan
nuestros padres y otras personas cercanas. Rigen nuestras decisiones, a lo
largo de la vida, sin que nos demos cuenta ya que se encuentran en nuestro
subconsciente y pueden potenciar nuestra vida o limitarla, dependiendo de su carácter
positivo o negativo.
Estamos rodeados de creencias negativas o limitantes acerca del dinero
como “el dinero es sucio”, “los ricos están contados” o “soy pobre”. Para las
personas que ven el mundo desde esta óptica, ser exitoso en un empleo o en un
negocio es imposible de imaginar siquiera, creen que no merecen tener dinero y,
generalmente, cuando lo tienen, lo despilfarran para seguir siendo pobres. Se
lamentan constantemente de su suerte, tienen temor de salir de su zona de confort,
les asusta pensar en un ascenso o emprender su propio negocio.
Mientras que, por lo general, quienes fueron criados con creencias
positivas acerca del dinero y la prosperidad, tienen la certeza de merecerlo,
ascienden profesionalmente y, al emprender, tienen a ser exitosos. Tienen la convicción
de ser prósperos, de que merecen generar suficiente dinero para vivir cómodamente
y se enfocan en hacer lo que hay que hacer para generarlo. Son entusiastas,
apasionados, perseverantes y se proponen alcanzar las metas que se trazan y les
gusta sentirse prósperos en todos los aspectos de su vida.
Las creencias limitantes sobre el dinero pueden ser cambiadas a
creencias positivas. Para lograrlo, recordemos que decían nuestros padres
acerca del acerca del dinero cuando éramos niños e identifiquemos nuestras
emociones ante cada frase. Luego, cambiemos esas frases por otras que hablen
bien del dinero y la prosperidad, identificando las emociones positivas que se
generan. Cada vez que aparece una creencia limitante sobre el dinero, pensamos
en una creencia positiva hasta que nuestro inconsciente se acostumbre a ver el
dinero desde una óptica positiva.
Andreina invitó a Magdalena a un taller de Creencias sobre el dinero en
el que se dio cuenta que pensaba en el dinero desde la escasez y la frustración
lo que le impedía usar de manera racional su dinero y enfocarse en sobresalir
en su trabajo. Hizo una lista con las creencias limitantes que a que sus padres
le repetían cuando era niña, las cambió por creencias positivas que se decía a
si misma cada vez que aparecía una creencia limitante. Empezó a trabajar con
entusiasmo, recibió un ascenso y empezó a administrar su dinero desde la
prosperidad. Su vida dio un vuelco de 360 grados.