Carlota y Ernesto
revisan, una vez más, el presupuesto del mes y, por más que hagan recortes, el
dinero es insuficiente. Ernesto suspira y dice: “tenemos que buscar ingresos adicionales
cuanto antes porque, de seguir así, en dos años no podremos pagar el colegio de
nuestros hijos” Es uno de esos momentos en que sabes que tienes que actuar y no
sabes cómo empezar.
La principal fuente
de ingresos de la mayor parte de la población proviene de su trabajo. Unos son
empleados y reciben un salario, otros prestan servicios a cambio de honorarios
y los empresarios perciben ingresos de la gestión de sus negocios. Un sector de
la población posee activos, como los bienes inmuebles o inversiones
financieras, que generan rentas. También hay quienes viven de becas, donaciones
o de la ayuda de otros.
Cuando es imposible
hacer más recortes al presupuesto familiar y el dinero es insuficiente para
satisfacer las necesidades del hogar, es imperativo entrar en acción. Los
jóvenes comienzan un empleo con horario compatible con sus estudios, las amas
de casa inician un pequeño negocio que puedan llevar a cabo sin abandonar sus
labores regulares, los jefes del hogar hacen trabajos en las noches.
Encontrar una
actividad que permita generar ingresos adicionales, usualmente, no es fácil. Se
observa el entorno, se pide opinión a familiares y amigos. Aquellos que tienen
facilidad para ciertas tareas como la costura o la mecánica, comienzan a
ofrecer sus servicios entre los conocidos con la esperanza de que el boca a
boca les permita crear una cartera de clientes cada vez más grande.
Para las personas que
conocen sus fortalezas, este proceso pudiera ser más sencillo pues tienen una
idea de lo que son capaces de hacer. Y, si es algo que les gusta, el comienzo
es mucho mejor. Así empezó una fábrica de ropa infantil la esposa desempleada o
una escuela de repostería, el abogado que fue despedido de una institución
financiera después de diez años de servicio.
Carlota le cuenta a
Ernesto que Marina, su mejor amiga de la Universidad, le comentó, hace unos
días, que le encantaría contar con ella para hacer labores de mercadeo en su
empresa. Es algo que puedes hacer desde tu casa y recibirías una remuneración
que bastante falta te hace, le dijo Marina. Ambos se miran y Carlota, piensa,
mejor me apuro a llamarla antes que contrate a otra persona.
2002-2013 por
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