Rafael soñaba con ser
médico desde muy niño y, ahora que está graduado, trabaja con su papá en la
clínica que éste fundó hace cuatro décadas. Disfruta enormemente al ayudar a otros
a prevenir problemas de salud y al aprender lo que su padre le enseña.
Recientemente tuvieron una conversación acera del uso que se le puede dar a una
póliza de vida como herramienta de planificación fiscal.
Las personas producen
dinero durante su vida productiva para satisfacer sus necesidades y las de los
suyos, proteger sus bienes, ahorrar e invertir para formar un capital.
Lamentablemente, la mayoría no se da cuenta que el principal bien a proteger es
a ellos mismos por ser los generadores
de recursos en sus hogares. La principal función de una póliza de vida es garantizar
la continuidad de los ingresos familiares en ausencia del jefe del hogar.
Sin embargo, la
póliza de vida tiene otros usos, siendo uno de ellos la planificación fiscal.
Todos vamos a fallecer en algún momento, bien sea en plena etapa productiva o cómo
ancianos en el retiro. En ese momento, aparece el socio natural, el ente recaudador
de impuestos, al que habrá que pagar los impuestos para entrar en poder de la
sucesión. En esta circunstancia, la póliza de vida entra en acción.
La póliza de vida es
una herencia, inembargable y libre de impuestos que los deudos pueden utilizar para
sufragar los impuestos de sucesión y así preservar el patrimonio que, con tanto
esfuerzo y trabajo, construyó el jefe del hogar. La vida real está llena de
ejemplos de personas que han vendido parte de los bienes a heredar, a precios muy
por debajo de su valor, para obtener recursos para pagar estos impuestos.
Por otra parte, una
póliza de vida, tomada por los socios de una empresa, puede proveer, además del
dinero para pagar los impuestos, fondos para que la empresa siga funcionando
mientras se resuelve el aspecto legal de la sucesión. Además de proveer el efectivo para que los
socios restantes compren las acciones de la empresa a la viuda y así preservar
la continuidad del negocio.
Rafael reconoce las
razones por las que su padre ha adquirido varias pólizas de vida a lo largo de
los años. Una parte es efectivo para que sus herederos cubran todos los gastos
de la sucesión y otra es un fondo para que su esposa pueda mantener su nivel de
vida mientras toma poder de lo heredado. Rafael entiende que ahora, que empieza
su vida productiva, es tiempo de adquirir su primera póliza de vida.
isabel.idarraga@gmail.com
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