Armando
atiende el llamado de su amiga de la infancia, Laura, quien le ha manifestado
que está en graves aprietos financieros. Escucha con mucha atención lo que esta
le cuenta y le parece insólito que haya caído en manos de un prestamista para obtener
fondos que le permitieran mantener su calificación en un multinivel. Ahora, está
pagando una fuerte suma mensual por concepto de intereses, no ha logrado
generar ingresos que le permitan pagar el capital y no encuentra solución a su
problema.
Todos
conocemos casos de personas que han perdido en un momento el patrimonio que
tardaron años en construir producto de una decisión financiera errónea.
Generalmente, los resultados de este tipo son consecuencia de no reconocer la
necesidad de ayuda, no contar con alguien que brindara una buena orientación, y
lo más substancial, no poseer nociones básicas de finanzas.
En
nuestra sociedad se valora el conocimiento técnico que nos haga mejores
profesionales, sin embargo, no se considera necesario aprender a manejar
conceptos financieros que nos faciliten la obtención del mejor retorno posible
a partir de los ingresos obtenidos en nuestra actividad laboral. Esta materia
es ignorada en el sistema educativo, no se enseña en buena parte de los hogares
y es un tema tabú que no debe tratarse en público.
El
manejo de una cultura financiera es la base para fomentar buenos hábitos
financieros y si es transmitida a nuestros niños y jóvenes, contribuirá a
formar ciudadanos que manejarán su dinero con cuidado. Quienes aprenden a
controlar sus finanzas personales ahorrarán, adquirirán activos productivos,
adquirirán las pólizas adecuadas, usarán un presupuesto de gastos, investigarán
antes de invertir y construirán, desde temprano, un fondo de retiro para el
momento de la jubilación.
La
difusión de este conocimiento es tarea de los miembros de la sociedad que lo
posean. Los padres son responsables de educar financieramente a sus hijos, los
maestros y empresarios deben a sumir este compromiso con su entorno. A las
distintas asociaciones que hacen vida en la comunidad también les corresponde aceptar
el reto en este sentido. En fin, la difusión de la cultura financiera debe
convertirse en obra de todos en la medida de nuestros conocimientos y área de
influencia.
Armando
ayuda a Laura a identificar el monto de los activos de los que puede disponer para
pagar su deuda. Desafortunadamente no tiene saldo disponible en sus tarjetas de
crédito para utilizar el financiamiento de un avance de efectivo cuyos
intereses son considerablemente más bajos de los que está pagando ahora. Tendrá
que vender su obra de arte más preciada para saldar el monto adeudado y, por
sugerencia de su amigo, tomará un curso de finanzas personales de inmediato.
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