Andreína
y Argenis han ahorrado y estudiado durante dos años en función de llevar a la
práctica su idea de negocio de gastronomía. Creen en las bondades del producto
que ofrecerán, sin embargo, por momentos sienten temor ante la incertidumbre.
Quieren asegurarse que el esfuerzo que hacen es el apropiado para hacer
realidad su sueño por lo que acuden a sus amigos, Juan y Mariela, pareja exitosa
en el matrimonio y los negocios, para que los orienten acerca de cómo actuar.
Una
de las grandes interrogantes cuando nos proponemos una meta es saber sí estamos
haciendo lo adecuado o suficiente para alcanzarla.
Hay quienes opinan que hay que poner un esfuerzo enorme mientras que otros
piensan que mientras mejor sea éste, mejores resultados se obtendrán. No se
trata de cuantas horas trabajas si no de cuan productivo eres.
La
presencia de ciertos elementos incrementa la posibilidad de ser más efectivos
en nuestras acciones. En principio, debemos conocer en detalle nuestro objetivo
para establecer los pasos a seguir en su consecución y así poder alcanzarlo
usando la menor cantidad de recursos en el menor tiempo posible. La repostera,
reconocida por preparar tortas de chocolate exquisitas, conoce la cantidad
exacta de ingredientes, la temperatura correcta del horno y el tiempo de
cocción requerido.
La
planificación también es indispensable
para obtener buenos resultados y nos da la oportunidad de tomar mejores
decisiones ante la presencia de situaciones inesperadas. Y si va acompañada de
un buen enfoque en el resultado final, el esfuerzo se concentra en las actividades que
agregan valor dejando de lado los desperdiciadores de tiempo. Si la cobranza en
una fecha determinada es importante para mantener un buen flujo de caja, se
deja para otro día la conciliación bancaria.
Al
desglosar la gran meta en pequeñas metas facilitamos la evaluación de nuestras
actividades a lo largo del tiempo en el que estimamos alcanzar nuestro
objetivo. Podemos hacer las correcciones necesarias en cuanto determinamos que los resultados no
son los esperados. Esto es válido tanto para
proyectos pequeños como la elaboración de un traje de novia o para grandes obras como la construcción de una
linea ferroviaria de larga distancia.
Andreína
y Argenis advierten que las personas altamente productivas se entrenan
constantemente, manejan de forma natural una agenda de actividades, actúan de
acuerdo a una planificación previa, mantienen el foco en su objetivo, evitan
desperdiciar tiempo y recursos y hacen evaluaciones periódicas del progreso de
sus proyectos. Están de acuerdo en que en la medida en que actúen como ellos estarán
más cerca de obtener los resultados esperados con su mejor esfuerzo.
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