Andreína y Argenis sueñan con ser los mejores padres para
Carlitos, su bebé de once meses y para dos niños más que esperan tener en los
próximos cinco años. Recientemente, como hacen cada año, han analizado su
situación financiera para, en función de los resultados, aplicar los cambios
que pudieran potenciar el logro de sus objetivos. Para ellos es prioritario
asegurar el futuro de sus hijos.
En estos tiempos contamos con buenos medios para cultivar
la cultura financiera y las parejas pueden prepararse para la paternidad y el
cambio que ésta ocasionará en el presupuesto familiar. Con la llegada de los
nuevos miembros a la familia, se generan gastos adicionales relacionados con su
manutención, educación, salud, ropa, protección, entretenimiento y ahorro. Los jefes
de familia previsivos hacen una planificación financiera con suficiente
antelación.
Se imponen modificaciones en la forma de usar el dinero
para lo cual es de gran ayuda la revisión de las metas financieras así como la
utilización de recursos como las compras inteligentes que permitan la
adquisición de los bienes y servicios realmente necesarios al mejor precio. No
hay que dejar para el final la decisión en cuanto a quién o donde cuidarán de los infantes sí la madre va
a retomar sus actividades laborales o si cambiará la rutina profesional para
estar más cerca de los niños.
Adicionalmente, es imperativo que los progenitores se
preparen para eventualidades que comprometan seriamente sus ingresos. Para ello
se adquieren pólizas de salud que cubran gastos ocasionados por accidentes o
enfermedades, pólizas para proteger la inversión en la vivienda principal y
vehículo. Es imprescindible la contratación de pólizas de vida que provean efectivo ante la
ausencia definitiva del padre o la madre y que sustituyan su aporte al hogar ante
una posible incapacitación para trabajar.
Por otra parte, se hace necesario el ahorro para contar con
un fondo para emergencias como el daño de la nevera o la cocina, para construir
un plan de retiro en el largo plazo y para
la adquisición de activos productivos como bienes inmuebles o un negocio propio
que hagan posible el incremento del patrimonio familiar a lo largo de la edad
productiva de los jefes del hogar. En este aspecto es muy importante tener en
cuenta que la base de las inversiones es el ahorro.
Al principio de su matrimonio, Andreina y Argenis leyeron
sobre temas de finanzas personales y acudieron a varios talleres sobre la
materia. Pensaban que era complicado y, una vez que iniciaron el camino, se
dieron cuenta que al tener metas claras, conocer su situación financiera,
contar con cultura financiera y amar a
sus hijos, las tareas se simplificaban. Hoy, están satisfechos de los objetivos
alcanzados en la vía para ser los mejores padres para sus prole.
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