Cuando César cumplió 25 años hizo un balance de su vida.
Recién graduado de médico y a punto de iniciar un postgrado en neonatología,
estaba listo para trabajar con su padre en la clínica fundada por su abuelo. En medio
de ese análisis, su progenitor le contó que a esa edad empezó un plan de retiro
con el cual cuenta en el presente para vivir una vejez sin sobresaltos
económicos junto a su esposa. Hoy, un año después, César siente la satisfacción
de haber iniciado un plan de retiro.
Muchos jóvenes piensan que esto es algo que debe hacerse
después, más adelante, en el futuro, cuando se generen mayores ingresos.
Afortunadamente, hay personas menores de 30 años, solteras y sin hijos que
tienen metas financieras claras y el propósito de crear un patrimonio que los
respalde cuando lleguen a la tercera edad y no puedan o no quieran seguir
trabajando. La ausencia de grandes responsabilidades es una gran oportunidad
para adquirir el hábito de ahorrar para los momentos difíciles.
Un plan de retiro es un método de ahorro programado a largo
plazo que se construye mediante el depósito periódico de una suma de dinero
determinada con el objeto de alcanzar una meta específica. El monto del ahorro se
establece a partir de la edad de la persona, sus ingresos, egresos, carga
familiar, capacidad de ahorro y la cantidad que desea recibir en cierto número
de años. Para reducir el impacto de la inflación en el tiempo, se sugiere
hacerlo en moneda dura.
Este instrumento de planificación ofrece ventajas que se
desconocen como consecuencia de la falta de cultura financiera. Es posible
solicitar anticipos o préstamos sobre el saldo disponible en momentos en que la
situación económica del titular sea crítica, ante una enfermedad grave o para
hacer una inversión como vivienda o negocio. Si está acompañado de una póliza
de vida garantiza, en caso de
fallecimiento del titular, capital que sustituya su aporte de efectivo al grupo
familiar.
Un plan de retiro es el soporte financiero que permitirá al
joven de hoy asegurar que el adulto
mayor del mañana cuente con recursos monetarios para satisfacer necesidades propias de la edad como
alimentación, vivienda, servicios médicos, acompañantes o enfermeras y
distracción. Por otra parte, ofrece la
serenidad de haber tomado precauciones para no convertirse en una carga para
los familiares cercanos y disponer la forma en que se quiere vivir durante los
últimos años de vida.
Carlos sabe que sus abuelos disfrutan de una pensión de
jubilación por el tiempo dedicado al ejercicio de la medicina y los ha
escuchado muchas veces decir que son afortunados de haber ahorrado para
completar el dinero necesario para cubrir sus gastos. También conoce la
experiencia de sus padres, quienes cuentan con un fondo suficiente para vivir
una vejez sin complicaciones. El quiere estar tranquilo en el futuro y para
ello ha empezado desde ya a hacer sus aportes a su propio plan de retiro.
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