Juan, padre de tres niños y principal proveedor de dinero a su hogar pregunta a Ernesto, ¿crees que necesito una póliza de vida? Este le responde así, ¿tienes ahorros suficientes para que, en caso de que faltes, tus hijos puedan cubrir sus necesidades de alimentación, vivienda, ropa y educación hasta completar la universidad? ¿Puede tu esposa generar suficientes ingresos para reemplazar los tuyos?
Si no cuentas con una protección financiera adecuada, la calidad de vida de tus queridos disminuirá drásticamente ante tu ausencia, especialmente, si eres quien aporta la mayor cantidad de dinero a la sociedad familiar. Para protegerlos, considera adquirir una póliza de vida que asegure la estabilidad económica para cubrir las necesidades básicas de alimentación, vivienda, salud y educación.
Este instrumento puede servir como una vía para dejar una herencia a tus seres queridos, para cubrir los costos de impuestos de sucesión sobre los bienes dejados a tus hijos y esposa, para el pago de deudas como la del vehículo y la vivienda principal. Y, como un fondo que genere retornos y brinde a tus dependientes la posibilidad de completar los estudios universitarios, tal como tú lo has soñado.
Antes de adquirir una póliza de vida, se sugiere que investigues las distintas opciones existentes en el mercado y que elijas la que más se adapte a tu nivel de ingresos y expectativas. Ten presente que, al adquirir una póliza de vida, el titular designa uno o más beneficiarios, que pueden ser hijos, cónyuge o cualquier persona o entidad, quienes entrarán en posesión del importe de la póliza en ausencia del titular.
Las pólizas de vida más usadas son “a término” y “universal”. La póliza de vida a término es la básica, cuesta menos y es suscrita por un período de tiempo específico, siendo 20 años lo más común, preferida por padres de niños pequeños o con deudas importantes. La póliza de vida universal lleva un componente de ahorro, genera retornos adicionales y permanece activa por tiempo indefinido, mientras se pague su renovación anual.
Para calcular el monto de la póliza de vida que se adecue a tus necesidades, estima tus ingresos durante el tiempo de vida productiva que te queda, súmale el retorno de las inversiones que pudieras hacer y el incremento de tu patrimonio que quisieras dejar a tus beneficiarios. Recuerda que una póliza de vida ocupa un lugar importante en una planificación financiera inteligente.
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