¿Presto atención mientras el otro habla?
Cuando escuchas, atentamente, a
la persona con la que hablas, ocurre una especie de milagro porque te conectas
y es más fácil entender lo que quiere decir. Sí le sumas lo que sus ojos y
expresión corporal dicen, recibirás información que te ayudará a ver la
fotografía completa.
En más de una oportunidad en las
que he aguzado el oído, me han dicho que soy una gran conversadora. ¿Te ha
pasado?
Cuando se practica la escucha activa, hay espacio para
poner cuidado en los detalles mientras el interlocutor se expresa. Aprecias como
que una cortina se descorre y se distinguen mejor las tonalidades. Comprendes
hasta el significado de los silencios.
En el mundo de la asesoría
financiera, en el que me desempeño, saber escuchar a tu prospecto es
fundamental para identificar sus necesidades, sus anhelos y sus angustias.
Escuchar a tu cliente es el camino para comprender su experiencia con el
servicio que le estás dando así como sus nuevos requerimientos. Igual es
importante atender al colega que quiere compartir información o que te pide
apoyo. Se aprende más en la medida en que se desarrolla el oído.
Escuchar con todos los sentidos,
es un recurso poderoso que agrega valor a tu propuesta de servicio porque te da
la oportunidad de entregar lo que el cliente requiere, lo que va a resolver su problema,
lo que va a alegrarle la vida.
En estos tiempos se le llama
Insight a ese dato que nos sugiere como resolver un problema, esa clave para hallar
la solución que es producto de la observación que pasa por escuchar conscientemente
al otro.
A medida que pasa el tiempo,
hablo menos y escucho más. Y eso me ha ayudado a prestar un mejor servicio cada
día, uno de mis grandes objetivos de vida.
¿Cómo son tus conversaciones?