Rafael, ginecólogo, divide
su tiempo entra la clínica fundada por su padre y un hospital público. Forma
parte de un grupo de médicos que apoyan a una organización no gubernamental que
orienta a las comunidades en la búsqueda de mejoras en el sistema de salud. Suele
afirmar: “En la medida en que los ciudadanos conozcan el impacto de la salud en
su calidad de vida, se animarán a luchar para tenerla”
¿Por qué es
importante atender el sistema de salud de una sociedad? Porque los
conciudadanos sanos tienen mejor calidad de vida y hacen un aporte al
desarrollo de su localidad. Las personas sanas son productivas, cubren las
necesidades de su familia y proveen educación a
sus hijos. Un hombre sano tiene fuerza y energía para recorrer el camino
que lo acerque a sus objetivos.
La salud de los
pueblos es el resultado de la combinación de varios elementos: educación,
cuidados sanitarios, vivienda, alimentación y empleo. La población que conoce y cuenta con
los recursos para adquirir buenos hábitos sanitarios, como la limpieza de su
entorno, y hábitos de alimentación, como los alimentos indispensables en su
dieta diaria, tiene herramientas fundamentales para contar con buena salud.
Adicionalmente, el estado
debe garantizar servicios médicos y condiciones sanitarias para prevenir enfermedades,
suministrar tratamiento adecuado y asegurar la rehabilitación de los enfermos. ¿Cuántos
casos no conocemos de pacientes que han quedado incapacitados para trabajar y
valerse por sí mismos por no haber recibido el tratamiento médico adecuado en el momento
indicado?
El estado es
responsable de proporcionar servicios de salud a sus ciudadanos,
independientemente de su ubicación geográfica. Un elevado número de personas indispuestas
no reciben atención médica por no contar con recursos financieros para sufragar
gastos de transporte, y hasta de hospedaje,
para acercarse a los centros médicos ubicados lejos de su residencia.
Es tarea del estado y
del empresariado motivar al personal que labora en sus centros de salud, hacer
uso eficiente de las tecnologías, dar diagnóstico correcto en la primera cita,
mejorar la eficiencia hospitalaria, eliminar la corrupción y hacer autocrítica para mejorar los procesos. Es
responsabilidad de cada uno de nosotros exigir un buen servicio, no contribuir
al abuso y denunciar las malas prácticas.
isabel.idarraga@gmail.com
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