La vida de Karina ha dado un vuelco desde que se convirtió en la única
heredera de su tía, que vivía en Nueva york desde hace muchos años. Al fallecer,
le ha dejado bienes inmuebles, acciones de compañías alrededor del mundo,
varias pólizas de vida, además de otros bienes. ¿Está preparada Karina para
llevar a cabo el proceso de tramitación de la sucesión y manejar apropiadamente
el patrimonio que le dejó su tía?
Hablar de la muerte es incómodo, sin embargo, es el único viaje seguro
para todos los seres humanos. Esto impide a muchos jefes de hogar programar la
transferencia de su herencia cuando dejen este mundo. Como consecuencia, muchos
hijos rematan parte del capital que creó su progenitor o terminan aceptando al Estado como socio en
las empresas familiares para pagar los impuestos de sucesión.
Con la planificación, un padre de familia puede evitar problemas
futuros en su entorno familiar relacionados con la sucesión, permite preparar a
quienes llevarán las riendas del negocio y, en caso de que sus herederos no
estén interesados en participar en el mismo, tiene tiempo de entrenar a un tercero o, ya entrado en el
momento del retiro, vender su empresa por un precio justo y razonable.
Todos hemos escuchado historias de personas que han acumulado una cuantiosa
fortuna y han considerado que lo más importante del proceso de sucesión es
hacer, en vida, el traspaso de todos sus bienes a sus hijos. También hemos
conocido casos en que las viudas de esos hijos se han quedado con el patrimonio
de sus suegros, quienes han terminado en la pobreza y viviendo de la caridad.
Unas cuantas empresas han desaparecido luego de que uno de los
socios ha fallecido y su viuda, sin ninguna experiencia y conocimiento, decide
ocupar su lugar para asegura un sueldo con que mantener a sus hijos. En otras
situaciones, los herederos, en afán de mantener el control de su porcentaje
accionario, toman decisiones que ponen en riesgo la continuidad del negocio
y afectan a los otros socios.
Esto nos lleva a una conclusión. Es necesario pensar en el momento
de la partida, estudiar y planificar las acciones que faciliten la sucesión. Es
preciso conocer el marco legal e identificar instrumentos financieros que
minimicen el impacto fiscal. Es fundamental rodearse de los mejores asesores
para garantizar, en vida, que una vez que se emprenda ese viaje, los seres
queridos no padezcan una segunda muerte, la financiera.
isabel.idarraga@gmail.com
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