En el
colegio de Guillermo, se ha dado inicio a un ciclo de conversatorios dentro
de una
campaña destinada a llevar
cultura financiera a los alumnos. En bachillerato, cada lunes, un grupo de
estudiantes hace una exposición sobre un tema elegido por ellos mismos.
Guillermo está emocionado porque le corresponde presentar un tema que le llama
mucha la atención, los paraísos fiscales.
Los
paraísos fiscales son territorios de baja o nula tributación que, en función de sus procedimientos internos,
garantizan la opacidad de las transacciones realizadas por inversionistas
extranjeros que mantienen cuentas bancarias o sociedades en sus territorios.
Este incentivo fiscal se mantiene, siempre y cuando no realicen ninguna actividad
comercial allí, en cuyo caso, serían sometidos a un régimen fiscal diferente.
Son, en
su mayoría, países pequeños, con pocos recursos, que buscan atraer divisas para
sostener su economía. Por su parte, los inversionistas buscan una alternativa a
la carga impositiva elevada de sus países de origen. Esto ha ocasionado reclamos
por parte de las naciones que padecen fuga de sus capitales y pierden, de esta
forma, una fuente de ingresos importante por concepto de impuestos.
En los paraísos
fiscales es posible ocultar la titularidad de empresas o cuentas bancarias.
Esto ha ocasionado presiones, a través de organismos internacionales, sobre sus
gobiernos en la búsqueda de cambios en
sus leyes, dentro del marco de la lucha
contra el terrorismo, el narcotráfico y el lavado de capitales.
La lista
de paraísos fiscales más conocida es la que la Organización para el Comercio y
Desarrollo Económico (OCDE) realiza desde el año 2000, la cual, inicialmente, incluía
31 países. En 2013, sólo aparecieron dos jurisdicciones: Nauru, Micronesia y
Niue, Nueva Zelanda. Los países que han salido de esta lista, los países se han
adherido a varios convenios para lo cual debieron mejorar la transparencia e
intercambio fiscal.
Adicionalmente,
la OCDE creó el grupo de “otros centros financieros” que, si bien no fueron
etiquetados como paraísos fiscales, mostraban insuficiencias en la
transparencia con la que manejaban sus aspectos fiscales. Los dos últimos
países en salir de esta clasificación fueron Uruguay (2011) y Guatemala (2012).
isabel.idarraga@gmail.com
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