Miguel
no ha emitido palabra durante la cena y Juan, que conoce muy bien a su hijo,
percibe que algo le preocupa. Al levantarse de la mesa lo invita a caminar un
rato con el objetivo de investigar que le ocurre. Este le cuenta que su amiga y compañera de clases, Verónica, está muy
triste porque sus padres, personas sin control financiero alguno, venderán la
casa para pagar la deuda que tienen con varios bancos por lo que tendrá que
mudarse y abandonar el colegio al que asiste desde niña.
El
endeudamiento exagerado es producto del uso irracional y desmedido del crédito y
ocurre en todos los estratos sociales. Hay quienes tardan más en cobrar la
quincena que en pagarle a sus acreedores. He tropezado con quienes piden
prestado para ir al cine, obtener muebles nuevos y hasta para viajar a Miami.
Luego, descubren que el monto que deben
pagar es superior a sus ingresos mensuales y, mientras unos se esconden otros
piden más préstamos.
El
endeudamiento exagerado tiene graves consecuencias a nivel personal, familiar y
profesional que van desde el deterioro de las relaciones interpersonales hasta
poner en riesgo la estabilidad financiera. Hemos escuchado historias de padres
que han tenido que socorrer a los hijos
incapaces de cumplir con sus compromisos y esposas que ponen en riesgo el
patrimonio familiar por deudas contraídas para remodelar la casa sin considerar
que los ingresos del hogar son insuficientes para pagarlas.
Los
que planifican el uso del dinero hablan del endeudamiento sano que no es más
que cuidar la capacidad para seguir cubriendo los gastos fijos y hacer frente a
las cuotas del préstamo. Antes de adquirir un vehículo, estudian los montos de
las cuotas mensuales y, sí el presupuesto no cuadra compran un carro más
modesto que puedan pagar en sin caer en morosidad. Para ellos, la seguridad
financiera de la familia es un asunto prioritario.
Al
tratar este tema, surge la pregunta: ¿cuánto es el monto ideal de la deuda? Lo
más frecuente es decir que un 30% de los ingresos mensuales para que se cubran los
gastos normales y el pago del financiamiento. Además, es importante procurar a la hora de solicitar un crédito, que sea
para hacerse de bienes que se revalorizan en el tiempo como un bien inmueble antes
que destinarlo a satisfacer un impulso o deseo no incluido en el presupuesto
personal o familiar.
Juan,
una vez conocido el origen de la
tristeza de su hijo, le habla de la importancia de actuar con cautela a
la hora de usar el dinero. Le explica porque hace un presupuesto mensual y
planifica las compras importantes. También le comenta que antes de contraer una
deuda, analiza cuidadosamente la capacidad de pago para no poner en riesgo la
salud financiera de los miembros del hogar. Es decir, prosigue, nos arropamos
hasta donde alcanza la cobija y trabajamos para que esta sea más grande cada
día.
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