Miguel y Raúl, viven
intensamente su adolescencia. Constantemente buscan nuevos retos. Aprovechan el
inicio de un nuevo año para trabajar en un proyecto para la Fundación en la que
hacen labor social. En esta oportunidad se proponen enseñar Finanzas Personales
a niños y jóvenes de escasos recursos como una herramienta para que mejoren su
relación con el dinero y con ello potenciar una mejor calidad de vida.
El dinero forma parte
de nuestra existencia desde que nacemos. Frecuentemente, escuchamos comentarios
negativos acerca de lo que representa, como que es malo y sucio.
Afortunadamente, unos cuantos reconocen que, bien ganado y bien usado, es un
medio para alcanzar sus metas y disfrutar de un mejor nivel de vida. Con él se adquiere
una casa, se financia la educación de los hijos y se monta un negocio propio.
La comprensión de que
la educación financiera es fundamental para hacer un mejor uso de nuestros
recursos financieros evitaría muchos problemas como el endeudamiento excesivo,
la falta de ahorro y las penurias de la tercera edad. La educación financiera
debería formar parte del sistema educativo y de la formación que reciben
nuestros niños en sus hogares para construir una mejor sociedad.
La educación
financiera hace posible el cambio de paradigma acerca del rol del dinero en el
diario vivir. El niño que está consciente de que es la vía para construir un
patrimonio y que antes de gastarlo, ha de procurar, invertirlo, tendrá más
probabilidades de hacer realidad sus sueños que el niño que lo ve como algo que
no merece ser cuidado y, por lo tanto, no planifica su uso.
Aquel que ha recibido
educación financiera, reconoce el valor del dinero en su vida y establece prioridades
en su administración. Puede construir hábitos como ahorrar, siempre, una parte
de lo que percibe, bien sea que provenga de su trabajo o de un regalo. El niño
que acostumbra a guardar parte de su mesada, de adulto considerará normal ahorrar
parte de sus ingresos mensuales.
Miguel y Raúl se
preparan, con mucho entusiasmo y responsabilidad, para empezar su labor
pedagógica pues, en sus hogares, han aprendido que la educación financiera les
enseña conceptos cuya aplicación reporta excelentes ganancias a lo largo de la
vida. Para ellos es normal hacer una lista anual de metas, llevar un flujo de caja mensual, ahorrar parte de su
mesada y planificar sus compras.
isabel.idarraga@gmail.co
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