Raúl y Miguel, estudiantes de bachillerato, son muy activos con la
labor social. En esta oportunidad, se han comprometido a dar una charla en su
colegio sobre temas de finanzas personales. Han elegido la póliza de vida por
considerar que hay un gran desconocimiento acerca de las bondades de esta
herramienta de protección financiera familiar. Quieren prepararse bien para
estar en capacidad de responder todas las preguntas que hagan sus compañeros.
Un seguro es un contrato (póliza) en el cual una de las partes (el
asegurado) hace un aporte de dinero para recibir una indemnización de parte de
la otra (el asegurador) en caso de que ocurra un evento previsto que puede ser
un accidente, un desastre natural, una enfermedad o un deceso. Cubre riesgos de personas (salud, accidentes,
vida o incapacidad), bienes muebles (vehículos,
obras de arte, joyas, maquinaria y
equipo) y bienes inmuebles (terreno o construcción).
Un seguro de vida es la única forma de dejar liquidez antes de crearla. Con una póliza de
vida, la empresa aseguradora se compromete a entregar a los beneficiarios
designados por el titular, en caso de que fallezca, un importe de dinero en los
términos establecidos. Una viuda que
cuenta con este beneficio agradecerá a la memoria de su esposo el haber tomado
previsiones para que sus hijos puedan permanecer en su casa y su colegio a
pesar de que su padre falleció.
Un seguro de vida garantiza recursos financieros para el grupo familiar
ante los riesgos que enfrente el principal proveedor de ingresos y más aún en
momentos en que la inseguridad se ha convertido en parte de los problemas del
diario vivir. Un padre joven, puede morir dejando unos niños muy pequeños al
cuidado de una madre que no genera suficientes ingresos para cubrir los gastos
de alimentación, vivienda, educación, salud, ropa y entretenimiento.
Al contratar un seguro de vida, el compromiso del asegurado es hacer el
aporte de una prima, previamente establecida, en determinadas fechas con el
objeto de mantener la póliza activa. A
cambio, tendrá la certeza de que, en caso de ausencia, su familia recibirá en
efectivo el monto de la cobertura contratada. Hay pólizas que permiten que
parte del aporte vaya al ahorro con lo que el titular puede contar, en vida, con un fondo para el momento del retiro.
La conclusión de Raúl y Miguel es que la póliza de vida brinda
tranquilidad a los jefes del hogar que quieren garantizar que los sueños que
han construido junto a sus seres queridos se hagan realidad, aun cuando no
estén presentes. Un padre de familia puede decir que no necesita un seguro de
vida, sin embargo, no puede decir que su familia no lo necesitará en un futuro
cercano.
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