César, médico recién graduado, revisa los hechos del día con su jefe.
Hay un caso que lo ha impactado: una pareja, sin familiares cercanos, falleció
a causa de un accidente, dejando huérfanos a dos niños de 8 y 10 años. Una
amiga de la señora quiere cuidar de los niños y no hay evidencia de que esa
hubiera sido la voluntad de los padres. César plantea la posibilidad de que,
como parte de la responsabilidad social del centro, se concientice a los padres
acerca de la importancia de planificar el futuro de sus hijos.
Es ley de vida que a todos los seres humanos les llega el momento de
fallecer. Sin embargo, se hace muy difícil aceptar este hecho y mucho más tomar
medidas que faciliten a los herederos tomar posesión de los bienes que dejan
tras su partida. Cuando este tema es abordado con naturalidad, es posible anticiparse
para hacer más sencillo el proceso. Por otra parte, los padres de niños menores
de edad están en la obligación de tener un plan para el caso de que ambos
desaparezcan.
Cuando los hijos son pequeños, ambos padres, deben ponerse de acuerdo
en designar a un tutor que acepte esa responsabilidad. Este debe estar en
conocimiento de la ubicación de los documentos como partidas de nacimiento,
pasaportes, historias clínicas, notas escolares, pólizas de salud, planes de
ahorro y pólizas de vida. También debería estar al tanto de las rutinas de los
niños como colegio, actividades extra curriculares y sociales, amigos cercanos
y lugares frecuentados.
Una vez que llegan a la adolescencia, los padres han de enseñarles
donde se encuentran estos documentos y otros de importancia como títulos de
propiedad de vivienda y de otros bienes como vehículos, acciones en empresas y clubes,
certificados de depósitos, chequeras y las pólizas funerarias. Adicionalmente,
pueden conocer acerca de las deudas con instituciones financieras y
particulares, así como los respaldos de las mismas.
Al convertirse en adultos, los hijos pueden participar, junto con los padres,
en la administración de los bienes familiares y el análisis, junto con
expertos, de alternativas para manejar el aspecto impositivo que una herencia
genera. Si los hijos van a continuar en el negocio familiar, se debe iniciar el
cambio de gerencia así como los cambios legales a nivel de estatutos legales y firmas
en cuentas bancarias. Si, por el contrario, los hijos no quieren seguir en el
negocio hay que designar a los sucesores.
El jefe de César está de acuerdo en que es muy conveniente que los padres
piensen en que pasará a sus hijos ante una desaparición temprana. Le parece
excelente la idea de incluir esta materia en los talleres que dicta la
Fundación de la Clínica e incluso considera que puede ser uno de los aspectos a
ser tratados con enfermos en fase terminal para
tratar de romper con su renuencia a hacer arreglos que aligeren los
trámites que tendrán que hacer sus herederos una vez que fallezcan