Armando,
dentro de sus actividades relacionadas con el mercado de la gastronomía, es
invitado con frecuencia a conferencias relacionadas con esta materia. Uno de
los temas que le gusta comunicar a quienes aspiran a ser emprendedores es la
importancia de conseguir el compañero adecuado. Cree que el socio ideal no
existe pues se trata de una ilusión con fuerte carga de subjetividad y sugiere
enfocarse en la búsqueda del que sea apropiado.
Convertir
en realidad una idea de negocio demanda un gran esfuerzo que al ser compartido
incrementa las probabilidades de éxito. Cuando se unen dos o más emprendedores
para crear una empresa, se divide el aporte de capital y las responsabilidades.
Dos personas son capaces de generar más y mejores soluciones a un problema e, incluso, innovar en los procesos
productivos. Además, pueden asumir tareas distintas de acuerdo a sus competencias.
No
todo es color de rosa entre los socios y pueden llegar a situaciones
conflictivas que afecten el curso del negocio por lo que es preciso que se
analicen ciertos aspectos en el momento de establecer una sociedad. El
compañero de emprendimiento debe tener experiencia profesional. Es fundamental
tenerle confianza y conocer sus defectos, virtudes, valores, metas de vida y
nivel de compromiso. Esta evaluación debe estar por encima del grado de amistad,
nexo familiar o interés económico.
Los
socios deben tener en cuenta que la luna de miel no dura para siempre. El dia a día trae consigo problemas,
estrés y la obligación de tomar decisiones para las cuales no siempre habrá
consenso. Antes de empezar a trabajar, deben definir sus funciones y establecerlas por escrito en el
documento constitutivo de la empresa. Adicionalmente, deben estar de acuerdo en
las características del bien o servicio que ofrecerán, su comercialización y la
administración de la sociedad.
Saltarse
estos pasos puede acarrear terribles consecuencias una vez que los socios no
coincidan en su visión de las distintas áreas que conforman la organización. Un
plan de negocios puede dirimir las diferencias que se presentan cuando uno de ellos,
por ejemplo, quiere atender el mercado de exportación mientras el otro prefiere
el mercado nacional. Y la consulta del documento constitutivo puede unificar
criterios en cuanto al monto de dividendos a repartir al final del ejercicio
fiscal.
Muchos
de ustedes, comenta Argenis en una de sus intervenciones, esperan encontrar un
socio ideal. La mala noticia es que no existe y la buena noticia es que si se
hace correctamente la tarea de selección aumentan las probabilidades de
asociarse con un profesional serio, interesado en trabajar para que el proyecto
cumpla los objetivos planteados. A la hora de elegir un accionista para un
emprendimiento, hay que tener presente los requerimientos básicos que este debe
cumplir.
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