La
conversación entre Raúl y Miguel gira en torno a lo que les dijo un compañero
de clase en relación al orden que deben seguir las personas para contratar las
distintas pólizas que protejan sus activos de distintos riesgos. Quieren saber
más al respecto por lo que acuden a Juan, padre de Miguel, para que les
explique con más detalle de que se trata todo esto. Quieren estar preparados para
saber cómo actuar cuando les llegue el momento de asumir responsabilidades de
adultos.
Dentro
de la planificación financiera de una persona hay que considerar, además del
ahorro y la creación de un fondo de emergencia, la adquisición de distintas
pólizas que protejan sus activos de accidentes, robos, enfermedades o fenómenos
de la naturaleza como inundaciones e incendios. Cuando se habla de pólizas, se
consideran las de protección a personas, como salud y vida y las de protección
a activos como bienes muebles e inmuebles y vehículos.
La
póliza de salud es la primera que debe obtener una persona para contar con el
respaldo financiero que una enfermedad o accidente pueda exigir. El costo de
los servicios médicos, cada día más elevados, puede poner en riesgo el
patrimonio personal o familiar si no se goza con un buen resguardo por lo que
un jefe de hogar responsable ha de procurar que todas las personas que dependan
de él posean la mejor póliza de salud que sus ingresos le permitan alcanzar.
En
segundo lugar, el jefe de familia o mayor proveedor de ingresos debe tener una póliza
de vida que permita que, ante su muerte, sus dependientes cuenten con recursos
financieros para cubrir las necesidades de alimentación, vivienda, salud,
educación y recreación, además de dinero para pagos de impuestos de sucesión.
Por otra parte, una póliza de incapacidad proveerá ingresos en caso de que una
enfermedad o accidente le impidan seguir desempeñando una actividad profesional.
Una
vez protegidas las personas del grupo familiar, tanto los que generan ingresos
como los hijos y otros dependientes, es
el turno de proteger los activos que conforman el patrimonio familiar. Dentro
de este rubro se encuentran la vivienda, los equipos de trabajo y los
vehículos. También deben asegurarse bienes valiosos como obras de arte, joyas,
muebles de diseño y otros artículos cuya pérdida ocasione un impacto negativo
en el patrimonio familiar.
Ahora
entiendo, comenta Raúl, hay que proteger primero a las personas, los padres que
trabajan y quienes dependen de ellos como los hijos, abuelos y tíos. Solo después
de adquirir las pólizas de salud y vida se aseguran los bienes muebles e
inmuebles. Miguel agrega: al asegurar los activos, se debe empezar por los que
más valor aportan al patrimonio. En algunos casos serán herramientas de trabajo
como el taller mecánico que sirve de sustento a la familia. Luego será el turno
de la vivienda y los vehículos.
Sígueme
en Twitter@isabelidarraga
Grupo
facebook http://goo.gl/ZLbk