Nuevamente Rafael acude a su amigo del alma, Armando, para
que le ayude a resolver un problema. Si
bien, tiene una facilidad extraordinaria para hacer negocios rentables, su
estilo de vida trae como consecuencia que el dinero nunca es suficiente. Así
como entra a su bolsillo, sale y en más de una ocasión se encuentra en aprietos
por no contar con el efectivo suficiente para cubrir sus gastos básicos y
cumplir con los compromisos del mes.
Confía en que su amigo le ayude a encontrar una solución.
En el pasado, las madres decían a sus hijos: “arrópate
hasta donde te alcance la cobija”. No había televisión ni internet y las
noticias sobre lo que estaba “de moda” tomaban cierto tiempo en llegar. El
deseo de tener lleva a las personas a comprar artículos y bienes superfluos antes
de satisfacer las necesidades básicas. Se ha desarrollado una competencia por
la posesión de artículos como el carro y los zapatos y se deja de último un
aspecto tan importante para el futuro como el ahorro.
Esta forma de ver la vida, lleva a las personas a usar sus
ingresos sin control alguno pensando solamente en la satisfacción de mostrar a
los demás lo que se tiene. Esto traer consecuencias negativas sobre el
presupuesto personal y familiar como el tener que recurrir a préstamos para
pagar las deudas incurridas en compras compulsivas. Hay quienes solicitan un
anticipo de las prestaciones sociales o de las Utilidades para pagar la tarjeta
de crédito o la mensualidad del carro.
Para evitar llegar a esta situación hay que tomar control
del uso que se le da al dinero. Hay que empezar por hacer un presupuesto para
conocer de cuanto disponemos y cuáles son nuestras necesidades básicas y
cumplirlo al pie de la letra. Es imperativo guardar las tarjetas de
crédito, olvidarse de las compras no
planificadas y establecer un plan de ahorro a implementar cuando se paguen las
deudas. Y, lo más importante, valorarnos por lo que somos en lugar de medirnos
por lo que tenemos.
Cuando vives de acuerdo a tu nivel de ingresos,
estableciendo prioridades para usar tus ingresos, eres menos susceptible a ser
deslumbrado por lo que tiene tu vecino o compañero de trabajo. Contar con un
presupuesto mensual y unas metas financieras genera fortaleza para centrarte en
lo que quieres alcanzar y así evitar el despilfarro. Si tu sueño es adquirir
una vivienda propia, por ejemplo, tienes una buena razón para ser cuidadoso al
usar tu dinero.
Rafael reconoce que gasta sin fijarse en cuánto efectivo
hay en su cuenta bancaria. Nunca ha hecho un presupuesto, desconoce el importe
de sus gastos mensuales y la deuda de sus tarjetas de crédito. No tiene idea
del saldo del préstamo hipotecario y de vehículo. Sin contar con que no
recuerda si tiene cuenta de ahorro. Agradece a Armando su ofrecimiento para
enseñarle como empezar a controlar sus finanzas personales y reconoce la suerte
de tenerlo como amigo y contar con su apoyo.
Sígueme en Twitter @isabelidarraga