Raúl regresa de casa de su novia quien, al igual que él, tiene 15 años y comenta a sus padres: “La familia de Andrea necesita con urgencia un curso de finanzas personales”. Estos lo miran con curiosidad y esperan que les cuente el porqué de su afirmación. El chico dice que vio varios grifos goteando, un aire acondicionado encendido en una habitación vacía y comida dañada en la nevera. En fin, mucho despilfarro.
El despilfarro es la acción de derrochar, malgastar, gastar en exceso y de forma innecesaria el dinero y los bienes. Es usar algo en forma inadecuada o hacer gastos superfluos. Este comportamiento es frecuente en personas que están a nuestro alrededor y lo vemos en hechos como comprar alimentos en cantidades desproporcionadas y luego tirarlos a la basura o comprar algo porqué está en oferta para luego no usarlo.
El despilfarro es un mal hábito que normalmente se adquiere en la infancia en hogares donde no se miden las consecuencias de malgastar lo que se posee y que ha demandado esfuerzo para su adquisición. Afecta a los individuos en lo personal, profesional y social llegando incluso a ocasionar problemas cuando sus compañeros son perturbados por el mal uso que dan a equipos de trabajo, electrodomésticos y dinero.
El uso inadecuado del dinero y los bienes de uso diario generalmente tiene un impacto negativo en el presupuesto personal y familiar. Un padre que no hace mantenimiento preventivo a su vehículo pagará más tarde por una reparación mayor. El empleado que maltrata la computadora ocasiona un gasto innecesario de reparación y el niño que deja su bicicleta en la calle, lamentará que se la roben.
Para evitar este tipo de comportamiento es fundamental adquirir conciencia del valor del dinero, del tiempo que se invierte en ganarlo, de las necesidades familiares y de la conveniencia de elaborar un presupuesto mensual de gastos. También es muy importante revisar las facturas de servicios, hacer compras inteligentes, practicar el mantenimiento preventivo y enseñar a los niños con el ejemplo.
Una vez completado su relato, Raúl le pide a sus padres que lo orienten en la forma en que puede ayudar a su novia, Andrea, a tomar conciencia de la importancia de hacer un uso racional de los bienes que posee, de los servicios con los que cuenta y del dinero que utiliza. Quiere compartir con ella parte de la formación financiera que ha recibido y que le ha permitido adquirir el hábito de hacer buen uso de todo lo que le rodea.
isabel.idarraga@gmail.com
Sígueme en Twitter @isabelidarraga
http://finanzaspersonalesalinstante.blogspot.com/
El despilfarro es la acción de derrochar, malgastar, gastar en exceso y de forma innecesaria el dinero y los bienes. Es usar algo en forma inadecuada o hacer gastos superfluos. Este comportamiento es frecuente en personas que están a nuestro alrededor y lo vemos en hechos como comprar alimentos en cantidades desproporcionadas y luego tirarlos a la basura o comprar algo porqué está en oferta para luego no usarlo.
El despilfarro es un mal hábito que normalmente se adquiere en la infancia en hogares donde no se miden las consecuencias de malgastar lo que se posee y que ha demandado esfuerzo para su adquisición. Afecta a los individuos en lo personal, profesional y social llegando incluso a ocasionar problemas cuando sus compañeros son perturbados por el mal uso que dan a equipos de trabajo, electrodomésticos y dinero.
El uso inadecuado del dinero y los bienes de uso diario generalmente tiene un impacto negativo en el presupuesto personal y familiar. Un padre que no hace mantenimiento preventivo a su vehículo pagará más tarde por una reparación mayor. El empleado que maltrata la computadora ocasiona un gasto innecesario de reparación y el niño que deja su bicicleta en la calle, lamentará que se la roben.
Para evitar este tipo de comportamiento es fundamental adquirir conciencia del valor del dinero, del tiempo que se invierte en ganarlo, de las necesidades familiares y de la conveniencia de elaborar un presupuesto mensual de gastos. También es muy importante revisar las facturas de servicios, hacer compras inteligentes, practicar el mantenimiento preventivo y enseñar a los niños con el ejemplo.
Una vez completado su relato, Raúl le pide a sus padres que lo orienten en la forma en que puede ayudar a su novia, Andrea, a tomar conciencia de la importancia de hacer un uso racional de los bienes que posee, de los servicios con los que cuenta y del dinero que utiliza. Quiere compartir con ella parte de la formación financiera que ha recibido y que le ha permitido adquirir el hábito de hacer buen uso de todo lo que le rodea.
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