Mariela es una de esas mujeres que realiza muchas actividades cada día. Además de ser esposa, madre, empresaria y deportista, llega a tiempo a todas sus citas, cumple con éxito todos sus compromisos y siempre está lista para apoyar a su esposo, hijos y personal de la empresa de diseño que dirige. Carlota, a la que nunca le alcanza el tiempo para nada, le pregunta como hace para lograr esos resultados.
El ritmo de vida actual impone responsabilidades en todos los aspectos de nuestra existencia y, al sentir que no podemos con todas, nos vemos sometidos a fuertes presiones. Sí no manejamos adecuadamente estas emociones podemos sufrir de un desequilibrio físico y emocional, lo que comúnmente llamamos estrés. Algunas personas consideran que un poco de presión nos hace más productivos, pero el exceso nos enferma.
El vivir estresados ocasiona preocupación continua, inseguridad, miedos, dificultades para pensar, estudiar o concentrarse. Es por ello que, aunque nos parezca difícil, debemos procurar acciones que nos saquen de esa condición de estrés permanente y nos muevan a posiciones en las que seamos más productivos mientras miramos la vida como una combinación de responsabilidades y recreación.
Mariela le cuenta a Carlota su secreto, el cual aprendió de sus padres: concentrarse en lo que está haciendo ya que hacer una cosa mientras se piensa en otra, produce angustia. Si preparamos cada día nuestra lista de tareas pendientes, tendremos una guía de trabajo en la que posponer no es una opción. Incluso, si alguno de los puntos pendientes es difícil o fastidioso, lo hacemos antes que todo lo demás.
Las personas productivas analizan, toman decisiones, actúan en consecuencia y pasan a otro punto. Se conducen de manera optimista y positiva y, cuando no están en capacidad de cumplir con una actividad, asumen sus limitaciones y buscan apoyo en su entorno. Manejan hábilmente sus relaciones interpersonales, trabajan en equipo y siempre establecen relaciones ganar-ganar.
Carlota comprende que el énfasis debe ponerse en la acción más que en la preocupación. Entiende los beneficios de enfocarse en su objetivo, de establecer prioridades y delegar o dejar de lado lo que no es realmente importante. Aprende que la calidad es más importante que la cantidad y que hay que desconectarse cuando sea el momento del descanso y la recreación para recargar energías.
isabel.idarraga@gmail.com
Sígueme en Twitter @isabelidarraga
El ritmo de vida actual impone responsabilidades en todos los aspectos de nuestra existencia y, al sentir que no podemos con todas, nos vemos sometidos a fuertes presiones. Sí no manejamos adecuadamente estas emociones podemos sufrir de un desequilibrio físico y emocional, lo que comúnmente llamamos estrés. Algunas personas consideran que un poco de presión nos hace más productivos, pero el exceso nos enferma.
El vivir estresados ocasiona preocupación continua, inseguridad, miedos, dificultades para pensar, estudiar o concentrarse. Es por ello que, aunque nos parezca difícil, debemos procurar acciones que nos saquen de esa condición de estrés permanente y nos muevan a posiciones en las que seamos más productivos mientras miramos la vida como una combinación de responsabilidades y recreación.
Mariela le cuenta a Carlota su secreto, el cual aprendió de sus padres: concentrarse en lo que está haciendo ya que hacer una cosa mientras se piensa en otra, produce angustia. Si preparamos cada día nuestra lista de tareas pendientes, tendremos una guía de trabajo en la que posponer no es una opción. Incluso, si alguno de los puntos pendientes es difícil o fastidioso, lo hacemos antes que todo lo demás.
Las personas productivas analizan, toman decisiones, actúan en consecuencia y pasan a otro punto. Se conducen de manera optimista y positiva y, cuando no están en capacidad de cumplir con una actividad, asumen sus limitaciones y buscan apoyo en su entorno. Manejan hábilmente sus relaciones interpersonales, trabajan en equipo y siempre establecen relaciones ganar-ganar.
Carlota comprende que el énfasis debe ponerse en la acción más que en la preocupación. Entiende los beneficios de enfocarse en su objetivo, de establecer prioridades y delegar o dejar de lado lo que no es realmente importante. Aprende que la calidad es más importante que la cantidad y que hay que desconectarse cuando sea el momento del descanso y la recreación para recargar energías.
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