Norita llega a casa muy callada, algo raro en ella. Carlota sabe que hoy entregaron el boletín de notas y se imagina que hay malas noticias. Mientras que sus hermanos mayores son excelentes alumnos, la niña no es muy aplicada. Carlota y Ernesto hacen un esfuerzo para motivarla. Piensan que una buena educación es fundamental para acceder a mejores posiciones laborales y alcanzar una mayor calidad de vida.
Los padres que procuran que sus hijos cursen estudios superiores están invirtiendo para que, años después, sean hombres libres y útiles a la sociedad. La relación positiva entre el nivel de educación y una mejor inserción en el mercado laboral es uno de los mejores estímulos para que los jóvenes continúen con su formación profesional, una vez culminado el bachillerato.
Así como el nivel de acceso al conocimiento produce una brecha entre los países más ricos y los más pobres, también lo hace en la calidad de vida de las personas. Estudios realizados demuestran que más ingresos y mejor calidad de vida son directamente proporcionales a un mayor nivel de estudios. Con educación, un individuo tiene oportunidades que pueden significar éxito y mayor felicidad.
Carlota y Ernesto opinan que la formación superior proporciona herramientas para la toma de decisiones y solución de problemas, alimenta la confianza y contribuye positivamente en el manejo de conflictos y tensiones. La capacitación contribuye, además, a la formación de líderes que trabajan, con mucha disciplina y tesón, para alcanzar sus sueños e influir positivamente en su entorno.
La enseñanza que reciban nuestros niños les ayudará a escoger lo que quieren en la vida. Cuanto más numerosas sean las oportunidades educativas que tengan mayores serán los conocimientos y habilidades que adquieran. A los padres les corresponde sembrar la semilla de la educación superior en sus hijos desde la más temprana edad para que adquiere alta prioridad en sus vidas.
Carlota y Ernesto, conscientes de su rol en la formación de su hija, la animan a establecer metas futuras y trazar un plan para alcanzarlas. La inscriben en actividades extra escolares y la ayudan a relacionar lo que aprende con la vida diaria. Revisan las tareas con ella, le proporcionan herramientas para estudiar, conversan acerca de lo que desea ser cuando crezca y se convierten en su mayor apoyo.
isabel.idarraga@gmail.com
Sígueme en Twitter @isabelidarraga
hab
Los padres que procuran que sus hijos cursen estudios superiores están invirtiendo para que, años después, sean hombres libres y útiles a la sociedad. La relación positiva entre el nivel de educación y una mejor inserción en el mercado laboral es uno de los mejores estímulos para que los jóvenes continúen con su formación profesional, una vez culminado el bachillerato.
Así como el nivel de acceso al conocimiento produce una brecha entre los países más ricos y los más pobres, también lo hace en la calidad de vida de las personas. Estudios realizados demuestran que más ingresos y mejor calidad de vida son directamente proporcionales a un mayor nivel de estudios. Con educación, un individuo tiene oportunidades que pueden significar éxito y mayor felicidad.
Carlota y Ernesto opinan que la formación superior proporciona herramientas para la toma de decisiones y solución de problemas, alimenta la confianza y contribuye positivamente en el manejo de conflictos y tensiones. La capacitación contribuye, además, a la formación de líderes que trabajan, con mucha disciplina y tesón, para alcanzar sus sueños e influir positivamente en su entorno.
La enseñanza que reciban nuestros niños les ayudará a escoger lo que quieren en la vida. Cuanto más numerosas sean las oportunidades educativas que tengan mayores serán los conocimientos y habilidades que adquieran. A los padres les corresponde sembrar la semilla de la educación superior en sus hijos desde la más temprana edad para que adquiere alta prioridad en sus vidas.
Carlota y Ernesto, conscientes de su rol en la formación de su hija, la animan a establecer metas futuras y trazar un plan para alcanzarlas. La inscriben en actividades extra escolares y la ayudan a relacionar lo que aprende con la vida diaria. Revisan las tareas con ella, le proporcionan herramientas para estudiar, conversan acerca de lo que desea ser cuando crezca y se convierten en su mayor apoyo.
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